domingo, 16 de septiembre de 2012

Los estremecedores testimonios de cómo y quiénes asesinaron a Víctor Jara


El caos, la incertidumbre y el miedo que reinaron en el país durante los primeros días tras el golpe militar de 1973 parecían, hasta ahora, haberse conjugado de manera perfecta para que el asesinato del destacado folclorista Víctor Jara siguiera siendo un enigma judicial, llevando incluso al juez que instruye el proceso, Juan Eduardo Fuentes, a cerrar el caso a mediados del año pasado, con un solo procesado como responsable del crimen: el comandante (r) César Manríquez Bravo, jefe del improvisado campo de prisioneros que se instaló en el Estadio Chile a partir del 12 de septiembre de ese año.
La decisión del magistrado fue cuestionada por los querellantes del caso, quienes incluso obtuvieron el respaldo del entonces subsecretario del Interior Felipe Harboe, para pedir la reapertura de la investigación, llamado al que se sumaron varios parlamentarios de la Concertación. La urgencia por revocar la decisión de Fuentes fue tal que incluso la autoridad gubernamental se sumó al emplazamiento público que hizo la viuda del artista, Joan Turner, para que cualquiera de las cerca de 6.000 personas que pasaron por el recinto deportivo en esa fecha (entre detenidos y uniformados), que pudiera tener antecedentes del asesinato se acercara a entregarlos, incluso, bajo la más estricta reserva.
Nelson Caucoto, abogado de la familia Jara Turner, relata que se recibieron muchas colaboraciones que podían aportar a esclarecer el homicidio, lo cual le permitió presentar un escrito solicitando más de 90 nuevas diligencias al juez. Y Juan Eduardo Fuentes reabrió el caso.
Sin embargo, ninguno de estos datos entregó pistas concretas para llegar a los responsables del crimen, cuyas identidades quedaron bajo el secreto de un grupo reducido de oficiales y conscriptos que estuvieron a cargo de interrogar a los detenidos en los camarines ubicados en los subterráneos del Estadio Chile. Fue la exhaustiva búsqueda de los conscriptos de distintos regimientos que estuvieron después del golpe en el Estadio Chile, la que terminó por dar las pistas de quienes fueron los uniformados que ultimaron con ráfagas de fusil a los cerca de 15 detenidos -entre ellos Víctor Jara- que fueron apartados de los restantes prisioneros al producirse su traslado al Estadio Nacional, entre el 16 y 17 de septiembre de 1973.

Las primeras horas del final

Victor Jara
En la madrugada del 11 de septiembre de 1973, personal de varios Regimientos militares ubicados en regiones se trasladaron a Santiago, bajo la excusa de realizar los preparativos de la Parada Militar, para conmemorar el día de las Glorias del Ejército. Así arribaron a Santiago las unidades de La Serena y el Maipo, las que se constituyeron en el Regimiento Tacna. Otros efectivos provenientes de Calama y de la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes – comandada por el coronel Manuel Contreras Sepúlveda, quien a los pocos días iniciaría la organización de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA)- lo hicieron en las dependencias de Arsenales de Guerra.

Cerca de las cinco de la mañana de ese día, las tropas apostadas en esta última repartición fueron informadas del golpe de Estado, bajo la arenga del teniente Pedro Barrientos, quien los emplazó a participar en la toma del territorio capitalino bajo la premisa que en esa misión no habían rangos, que todos eran importantes en ese crucial y patriótico acontecimiento. El episodio ha sido relatado en las declaraciones judiciales de varios conscriptos de los regimientos Maipo y Tejas Verdes que llegaron desde la Quinta Región.
Tras el bombardeo a La Moneda y la muerte de Salvador Allende, cerca de 600 estudiantes y profesores se amotinaron en la Universidad Técnica del Estado (UTE, actual USACH) para resistir la ocupación militar. Sin llegar a producirse enfrentamientos, ya que casi no tenían armas, fue muy poco el tiempo durante el cual pudieron oponerse a la entrada de los uniformados.
Pasadas las dos de la tarde del 12 de septiembre comenzó el desalojo de los académicos y alumnos. Entre escenas de gran violencia y dramatismo fueron detenidos y trasladados al Estadio Chile. En ese grupo se encontraba Víctor Jara Martínez, profesor de esa casa de estudios. El procedimiento fue dirigido por el entonces capitán Marcelo Moren Brito, quien luego se transformaría en uno de los más temidos agentes operativos de la DINA. Al momento de ingresar al Estadio Chile, convertido en campo de prisioneros, a los detenidos se les quitaban sus especies de valor, se les anotaba su nombre y filiación política.
Antes de ello, durante la tarde del 11 de septiembre, después de encargarse del funeral de Salvador Allende, el comandante César Manríquez fue encomendado por el general Arturo Viveros -jefe del Comando de Apoyo Logístico y Administrativo del Ejército (CAE)- para crear el primer recinto de detención que se debía instalar en el Estadio Chile. A la mañana siguiente, Manríquez se constituyó en el recinto. Poco después comenzaron a llegar los miles de detenidos que arribaban en buses de la locomoción colectiva y camiones del Ejército.
Según las propias declaraciones de Manríquez que, hasta ahora, era el único procesado en el caso, lo ocurrido al interior del recinto deportivo –construido sólo cuatro años antes de los hechos- era un escenario “dantesco” debido a la gran cantidad de prisioneros (5.600, según sus cálculos). El ex uniformado asegura que sólo contó con personal de apoyo del CAE para custodiar el recinto, pero que en los subterráneos del edificio se constituyeron oficiales de Inteligencia de las distintas Fuerzas Armadas, cuyas identidades desconocía, ya que no habrían estado bajo su mando.
Esa es la razón con la que justificó haber montado una escena de terror para amedrentar a los detenidos. Colocó dos ametralladoras punto 50 –usadas en la Segunda Guerra Mundial- en los balcones del edificio, las que eran publicitadas por los parlantes como las “sierras de Hitler, capaz de partir a una persona en dos”. En el segundo piso también se instalaron potentes focos de luz, que permanecían encendidos día y noche, provocando que todos los que permanecieron al interior del Estadio perdieran la noción del tiempo.
Los primeros días de encierro fueron caóticos, ya que incluso se reventaron algunos alcantarillados, generando problemas de insalubridad. Tampoco tenían alimentos ni para los soldados ni menos para los prisioneros. La escasez de comida incluso provocó que los mismos militares saquearan negocios aledaños al recinto. Sólo al cuarto día, el 16 de septiembre, se recibieron algunas raciones para los soldados, según declaró el capitán David González Toro, encargado de abastecimiento del recinto.
Victor Jara
Se desconoce la hora a la que ese miércoles 12 de septiembre arribaron los miembros de los servicios de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Lo que sí se sabe es que, tras su llegada, comenzaron a interrogar a los detenidos. Todo se anotaba en una ficha previamente confeccionada, donde se consignaba el nombre, la cédula de identidad, domicilio, filiación política, antecedentes de la detención y observaciones. En la parte inferior del documento, se añadía un pronunciamiento del interrogador en el que debía calificarlo como prisionero bajo las siguientes premisas: ley de control de armas, marxista o comunista y sobre la necesidad o no de someterlo a Consejo de Guerra.

Según diversos testigos que han declarado en el caso, previo al traslado al Estadio Nacional hubo muchos hechos de violencia en contra de los prisioneros. Se ha determinado que al menos tres personas habrían perdido la vida en las graderías del recinto. Una persona de contextura pequeña y delgada que muchos confundieron con un niño y que en un acto de desesperación se abalanzó sobre un conscripto, quien reaccionó descargando una ráfaga en su abdomen. Según testimonios, el comandante Manríquez felicitó al soldado por su “heroica labor”. Otro prisionero se lanzó del segundo piso gritando ¡Viva Allende!, mientras que un hombre joven fue muerto a golpes de culata en su cabeza por haberse negado a cumplir órdenes de los militares.
A esta cifra se suman otras 15 personas que habrían sido acribilladas junto a Víctor Jara en los subterráneos del Estadio, según la confesión del primer hombre en ser individualizado por la justicia como uno de los autores del asesinato del destacado folclorista.

Los hombres de Tejas Verdes

En sus declaraciones, todos los conscriptos que viajaron desde la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes (dirigida entonces por el coronel Manuel Contreras) a Arsenales de Guerra, en Santiago, coinciden en que las tropas venían bajo el mando del capitán Germán Montero Valenzuela, sumando un contingente de aproximadamente un centenar de soldados y una veintena de oficiales.
El 12 de septiembre, al llegar al Estadio Chile, el contingente quedó a cargo del comandante Mario Manríquez. Entre los oficiales que participaron en esta misión, los conscriptos mencionan a los tenientes Nelson Haase y Rodrigo Rodríguez Fuschloger, y a un subteniente que tendrá un papel decisivo en el asesinato de Víctor Jara.
La primera confesión que obtuvo el juez Fuentes sobre el crimen fue la del ex conscripto José Alfonso Paredes Márquez (55 años). El entonces joven de 18 años llegó a Santiago durante la madrugada del 11 de septiembre de 1973, proveniente de la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes, donde desde abril de ese año realizaba su servicio militar.
Durante el día en que la vida de los chilenos se partió en dos, su sección fue enviada, al mando delteniente Pedro Barrientos, a custodiar el camino Padre Hurtado. Paredes dice haber sido una suerte de guardaespaldas del teniente Barrientos.
Al mediodía del 12 de septiembre, el contingente se trasladó, primero a Arsenales de Guerra y luego a la Universidad Técnica (actual USACH). Allí, pasadas las dos de la tarde, procedieron a trasladar a los detenidos al Estadio Chile. El mencionado oficial, junto a Paredes, acompañaron a bordo de un jeep la caravana de buses de la locomoción colectiva que trasladaron a los prisioneros. Una vez la misión cumplida, regresaron a Arsenales de Guerra.
Victor Jara
El 16 de septiembre, cerca de las 18:00 horas, el escuadrón de militares llegó hasta el Estadio Chile, donde se presentaron ante un oficial de rango superior cuya identidad desconoce, quien les ordenó vigilar las casetas de transmisión del recinto. Y en el interior del Estadio, los otros conscriptos comentaban que ahí estaban detenidos el Director de Prisiones, Litre Quiroga; el cantautor Víctor Jara y el Director de Investigaciones, Eduardo “Coco” Paredes.

Siempre según la confesión de Paredes, al día siguiente fue enviado al sector del subterráneo. Y permaneció como centinela en la puerta de uno de los camarines destinados a los detenidos. En ese camarín había 5 ó 6 oficiales de otros regimientos, con tenida de combate, cuya identidad desconoce. Los vio escribir en unos papeles los datos que le respondía un detenido al que observó sentado frente a un escritorio. En otro ángulo del camarín, Paredes vio a otros prisioneros mirando hacia la pared.
Unas horas después, llegaron a la habitación el teniente Barrientos y el subteniente que bajo las órdenes de Haase y Rodríguez estaba a cargo de los conscriptos. Traían a un detenido. Fue entonces que dice haber sido llamado, junto al conscripto Francisco Quiroz Quiroz (55 años), y que se les comunicó que el detenido era Víctor Jara. El grupo lo comenzó a insultar por su condición de comunista. Paredes lo miró y lo reconoció. Víctor Jara quedó allí, en ese camarín, custodiado por Quiroz.
Más tarde, recordará el principal testigo, el teniente Barrientos lo mandó nuevamente al subterráneo, al mismo camarín. Pero esta vez Paredes no encontró a nadie: ni interrogadores ni detenidos y tampoco a Víctor Jara. Pasaron las horas hasta que Paredes vio nuevamente llegar a los oficiales interrogadores. La orden fue precisa: traer a los detenidos que figuraban en una lista que uno de los oficiales le entregó a un cabo. Y nuevamente el mismo procedimiento: interrogatorio y las anotaciones en cada una de las fichas.
Y llegó la noche. Paredes se encontraba de centinela en el mismo camarín del subterráneo cuando observó el ingresó de unos quince detenidos. Y entre ellos reconoció a Víctor Jara y también a Litre Quiroga. Ambos fueron lanzados contra la pared. Detrás de los prisioneros, Paredes vio llegar al teniente Nelson Haase y al subteniente que también estaba a cargo de los conscriptos. Y fue testigo del minuto preciso en que el mismo subteniente comenzó a jugar a la ruleta rusa con su revólver apoyado en la sien del cantautor. De allí salió el primer tiro mortal que impactó en su cráneo.
El cuerpo de Víctor Jara cayó al suelo de costado. Paredes observó cómo se convulsionaba. Y escuchó al subteniente ordenarle a él y a los otros conscriptos que descargaran ráfagas de fusiles en el cuerpo del artista. La orden se cumplió. Todo lo que ocurrió fue presenciado por Nelson Haase, quien se encontraba sentado detrás del escritorio de interrogación. Según el protocolo de autopsia, el cuerpo del cantautor tenía aproximadamente 44 impactos de bala en su cuerpo.
Pocos minutos después, el mismo subteniente que le disparó en la cabeza solicitó el retiro del cuerpo. Llegaron unos enfermeros con camilla, lo levantaron y metieron al interior de una bolsa y luego lo cargaron hasta la parte trasera de un vehículo militar estacionado en el patio del recinto, al costado nororiente.
No fue fácil para José Alfonso Paredes Márquez confesar ante el juez lo que vio y protagonizó. Primero fue renuente a reconocer su real participación en los hechos. Y finalmente se quebró, empezó su relato y ya no paró. Este obrero de la construcción que fabrica casas en la zona del litoral central, reveló haber guardado el secreto durante casi 36 años, sin siquiera habérselo contado a su mujer. También hizo una aclaración ante el juez: durante los días posteriores al golpe, y como trabajaban casi 24 horas al día, la oficialidad les entregaba estimulantes para evitar el sueño y el hambre, por lo cual su relato podía no ser exacto en las fechas.
Lo que Paredes y otros conscriptos sí recordaron fue lo que pasó luego que el cuerpo de Víctor Jara desapareció del camarín. Los otros 14 detenidos que venían con el cantautor y director teatral fueron acribillados con fusiles percutados por los propios conscriptos y oficiales presentes. Entre las víctimas cayó asesinado Litre Quiroga. Sus cuerpos también fueron cargados en el mismo vehículo. Poco después y al amparo de la noche, todos ellos fueron abandonados en la vía pública.

El último vía crucis de Víctor Jara

Victor Jara
Durante la reconstitución de los hechos, los testigos pudieron recrear el miedo y el caos reinante en el Estadio Chile, clima al que tampoco escapaban. Escenas que enlazadas permiten reconstruir en forma difusa las últimas horas de vida de Víctor Jara y en las que aparecen nuevamente personajes ya conocidos.

Durante sus cuatro días de cautiverio, Jara fue reconocido por un oficial de Ejército que se hacía llamar “El Príncipe”. Otros testigos señalan que ese reconocimiento lo hizo un militar que no coincide con las características del mítico personaje del Estado Chile (ver recuadro), quien fue descrito como de una estura superior a 1.80 metros, rubio, de tez blanca, cara redondeada y de contextura atlética.
En lo que sí coinciden los testimonios de los prisioneros es en que Víctor Jara fue interrogado al menos dos veces en los camarines del recinto, ubicados en la zona nororiente del subterráneo. Allí fue sometido a diversas torturas, entre ellas la fractura de sus manos a golpes de culata.
Tras la segunda de esas sesiones, Víctor Jara logró acercarse a personas que habían sido detenidas en la UTE, quienes lo limpiaron y trataron de cambiar su aspecto cubriéndolo con una chaqueta azul y cortándole su pelo negro rizado con un cortaúñas. Los últimos detenidos que lo vieron con vida han dicho que estaba muy golpeado, con la cara hinchada y sus manos fracturadas. Muchos coinciden en que durante el traslado al Estadio Nacional, que duró muchas horas, su cuerpo sin vida fue visto en el hall del recinto, junto a otros cadáveres.
Se estima que el cuerpo de Víctor Jara fue encontrado el 17 de septiembre en las afueras del Cementerio Metropolitano, por funcionarios de la Primera Comisaría de Carabineros de Renca, quienes lo trasladaron como N.N. al Instituto Médico Legal.

Un funeral sin flores y en silencio

En los últimos meses de la investigación se han rescatado reveladores testimonios inéditos que ayudan a entender por qué, a diferencia de los otros prisioneros asesinados en el Estadio Chile, el cuerpo de Víctor Jara fue encontrado por su familia y pudo ser enterrado de manera clandestina en el Cementerio General.
Después de guardar silencio durante 35 años, Héctor Herrera Olguín, ex funcionario del Registro Civil y quien actualmente reside en Francia, relató ante el ministro Juan Eduardo Fuentes lo que vivió en esos días. Herrera explicó que el 15 de septiembre de 1973, el oficial designado como director interino del Registro Civil lo envió en comisión de servicio al Instituto Médico Legal (IML), lugar en donde se le ordenó medir, tomar las características físicas y las huellas de los cuerpos apostados en el estacionamiento del recinto.
Herrera calcula que había unos 300 muertos apostados en ese lugar, entre los cuales vio niños y mujeres. Unos veinticinco estaban rapados. Todos eran jóvenes. Le dijeron que correspondían a extranjeros. Durante todo el día Herrera vio llegar camiones del Ejército con más cuerpos. Y cada vez los mismos movimientos: los conscriptos los tiraban al suelo al interior del estacionamiento y luego, con algo más de delicadeza, funcionarios del IML los recogían y los apilaban en distintas partes de ese sector.
La investigación deberá determinar la fecha exacta en que fue asesinado Víctor Jara. Pero lo cierto es que el ex funcionario del Registro Civil recordó ante el juez que el 16 de septiembre, alrededor de las 9.00 horas, una persona a la que identifica como “Kiko”, oriundo de Chiloé, le señaló que entre los cuerpos apilados parecía estar el de Víctor Jara. Y con sigilo lo llevó frente al cuerpo. Al principio Héctor Herrera dudó que se tratara del mismo famoso cantautor. Estaba muy sucio, con tierra en las heridas, el cabello apelmazado entre tierra y sangre. A simple vista se le notaban heridas profundas en ambas manos y en la cara. Y tenía sus ojos abiertos, pero con una mirada tranquila. En una de sus muñecas vio un alambre con un pedazo de cartón donde estaba anotado “Octava Comisaría”.
Para salir de la duda, Héctor Herrera a escondidas anotó su número de ficha, sus características físicas y sus huellas dactilares. Para ello tuvo que abrir sus manos. No fue fácil: las tenía empuñadas, muy rígidas. Lo hizo con la ayuda de “Kiko”, comprometiéndose ambos a no decirle a nadie lo ocurrido. Terminada la misión, dejaron el cuerpo en el mismo lugar.
A primera hora del día siguiente, Herrera se fue directo a la sección dactiloscópica del Registro Civil, en calle General Mackenna. Allí y en la más completa reserva, le pidió a la funcionaria Gelda Leyton, que le buscase la ficha de Víctor Jara. A eso del mediodía, ambos comprobaron que efectivamente habían asesinado a Víctor Jara. Volvió a revisar los registros del cantautor. Y se percató que era casado. Anotó los datos de su esposa, Joan Turner Robert, y su dirección.
Ya había amanecido cuando el 18 de septiembre, en la casa de Víctor Jara, en calle Plazencia, en Las Condes, Joan Turner escuchó que alguien llamaba a su puerta. Salió a mirar desde una ventana del segundo piso. Un hombre al que no conocía le dijo que necesitaba hablar con Joan Turner. Ella bajó y se acercó a la reja de la casa. Herrera recuerda haberla visto muy nerviosa. Se identificó como funcionario del Registro Civil y le relató lo que había vivido.

Poco después ambos partieron de la casa en la renoleta de Joan Turner en dirección al IML. Entraron juntos. Pero no encontraron el cuerpo de Víctor Jara en el lugar donde Herrera recordaba muy bien haberlo dejado la tarde anterior. Se inició la búsqueda. Y llegaron al segundo piso del edificio, sitio a donde habían llevado los cadáveres que estaban para las llamadas “autopsias económicas”. En el lugar Nº 20 estaba el folclorista. El cuerpo fue abrazado por su esposa, quien lloró en silencio tratando de no despertar sospechas. Estaba muy consciente de que no tenía autorización alguna para estar ahí.
El trámite del certificado de defunción lo realizaron en el primer piso. Para poder sacar el cuerpo en día feriado, Herrera invocó su calidad de funcionario del Registro Civil. Al ser consultado en la ventanilla por la causa de muerte y fecha de la misma, requisito indispensable para llenar el documento de defunción, Herrera sólo atino a decir que falleció por herida de bala el 14 de septiembre a las 5:00 horas. Fue el apresurado cálculo que logró hacer en esos pocos minutos al recordar que el cuerpo de Víctor Jara habría llegado al IML antes que él lo descubriera. La hora la sacó de un poema que le vino a la memoria sobre fusilados.
Como el cuerpo debía ser sacado en una urna y la esposa de Víctor no tenía dinero para comprarla, Héctor Herrera se contactó con su amigo Héctor Ibaceta Espinoza, a quien le pidió ayuda. Juntos fueron hasta calle Agustinas, en el centro de Santiago, a buscar el dinero. Pero Ibaceta decidió acompañarlos.
Alrededor del mediodía de ese 18 de septiembre, llegaron con el ataúd al IML. Sólo los dos hombres ingresaron a buscar el cuerpo de Víctor Jara. Su cadáver desnudo fue trasladado en una camilla metálica con su ropa doblada a los pies. Recogieron el cuerpo y lo pusieron dentro de la urna. La ropa fue depositada a sus pies. Lo cubrieron con un poncho nortino que traían y encima la mortaja. Cerraron la urna. El ataúd lo ubicaron en una sala que se utilizaba como velatorio.
-Nos prendieron unas cuatro ampolletas e hicimos entrar a Joan para que se quedara a solas con él, para que se despidiera de su marido. Estuvo alrededor de una hora –recordó el ex funcionario del Registro Civil.
Herrera agregó: “Posteriormente, concurrí al Cementerio General, ubicado al frente, para solicitar un carrito para trasladar el cuerpo, ya que era muy caro hacerlo en una carroza. Una señorita me indicó que no se podía hacer eso, pero al ver el nombre del occiso me dijo que para él sí se podía. Volví al IML en compañía de un funcionario del Cementerio. Entre los cuatro colocamos el ataúd en el carro y lo trasladamos al campo santo, enterrando a Víctor Jara en un modesto nicho al final del recinto donde se encuentra hasta hoy. Fue enterrado sin flores y con la sola presencia de nosotros tres”.
Héctor Herrera siguió trabajando en el Registro Civil hasta 1975. Desde 1969 y hasta el día en que se fue se desempeñó en el departamento de Carné de Identidad. Debió abandonar el país como miles de otros chilenos llevando consigo un secreto que Joan Turner también guardó para protegerlo y que hoy le pertenece a todos los chilenos que podrán cantar con nuevas esperanzas “Levántate y mírate las manos. Para crecer, estréchala a tu hermano”.
El oficial al que llamaban “Príncipe”
Nelson Haase
Casi como mito urbano, la figura de un despiadado oficial de Ejército, de contextura atlética, estatura superior a 1.80 metros, ojos claros y pelo rubio, quien habría vociferado entre los detenidos que no necesitaba micrófono para hablar porque tenía “voz de príncipe”, ha sido adjudicada a por lo menos dos ex militares que habrían estado entre los uniformados que custodiaron el Estadio Chile.

Varios de los detenidos han declarado que este fue el uniformado que más se ensañó con Víctor Jara, siendo uno de los primeros que apartó desde el grupo de detenidos de la UTE. Algunos de los testimonios apuntaron al ex agente de la DINA Miguel Krassnof Martchenko como el que actuó en contra del cantautor. Sin embargo, otros lo niegan rotundamente, ya que señalan que es más bajo de estatura (1.70 metros aproximadamente) y que su color de pelo es más oscuro que el militar que se ha tratado de identificar.
Con el correr de los años, surgió otra identidad que podía corresponder a “El Príncipe”, la del ex teniente Edwin Dimter Bianchi, quien fue uno de los militares detenidos por la sublevación del Regimiento Tacna en junio de 1973, movimiento golpista que fue desarticulado, dando origen al llamado “Tanquetazo”. En ese episodio Dimter ingresó con un tanque hasta el Ministerio de Defensa.
Efectivamente, Dimter coincide con las características del Príncipe, pero varios de los testigos que estuvieron detenidos en el Estadio Chile también han descartado que se trate de la misma persona.
Lo importante es que fue el propio Dimter, con su primera declaración judicial de 2006, quien dio luces sobre otros oficiales que también podrían corresponder a la identidad de “El Príncipe”. El ex uniformado, quien fue expulsado del Ejército en 1976 por diversos actos de indisciplina, reconoce haber custodiado a los prisioneros de ese recinto, pero asegura no haber tenido relación con las golpizas y el asesinato de Víctor Jara.
Acto seguido, señala que él no era el único oficial con esas características, y que al menos habían otros dos que podían coincidir con las señas de “El Príncipe”: los entonces tenientes Rodrigo Rodríguez Fuschloger y Nelson Edgardo Haase Mazzei, ambos de la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes. Este último oficial (R) fue mencionado en la declaración del primer conscripto confeso de participar en el crimen.
Aunque Haase, al ser interrogado en el caso, negó rotundamente haber estado en el Estadio Chile, declaraciones de otros oficiales presentes en el recinto respaldan la versión de Dimter.
Haase fue uno de los hombres de confianza del ex jefe de la DINA, Manuel Contreras, y fue jefe del recinto de detención clandestino ubicado en calle Bilbao, conocido como “Cuartel Bilbao”. Diversos testimonios y documentos, entre ellos el entregado por la agente de la DINA Luz Arce, indican que el inmueble –habilitado desde 1976- tenía como fachada un aviso luminoso que decía “Implacate”.
El historial del teniente también lo registra como miembro de la Sociedad Pedro Diet Lobos, pantalla comercial de la DINA para encubrir actividades tanto en Chile como afuera del país. A lo largo de los años, quienes sobrevivieron lo han descrito como arrogante, prepotente y despiadado; de hecho se llegó a decir que se enorgullecía de llevar permanentemente en su automóvil una picota para usarla en los allanamientos.
Las pocas veces que Haase salió de su anonimato en los últimos años fue cuando –junto a otros ex uniformados- manifestó públicamente su total respaldo a la sublevación del general (r) Raúl Iturriaga Newman, quien intentó evadir la primera condena de cárcel efectiva en su contra, por el crimen del militante del MIR Dagoberto San Martín Vergara, según consta en la página del “Movimiento 10 de septiembre”.
Equipo "Envasas Exportables": Guillermo Garin, Juan Lucar, Richard Quaas y Nelson Haase (Izquierda a derecha)
Tras retirarse del Ejército, el ex uniformado formó en 1994 una empresa de cajas de madera para vinos de exportación, llamadaEnvases Haase o Envases Exportables. Desde entonces es proveedor de varias de las empresas del rubro, lo que le ha permitido codearse con ese ambiente. De hecho, el 2007 participó en el Quinto Campeonato de Golf “Copa Viñas de Chile”, en el Club de Golf Los Leones, a beneficio de la Fundación Escúchame. En el website de esta última aparece una foto del equipo de “Envases Exportables”, en la que Nelson Haase figura junto al ex vicecomandante en jefe del Ejército, general (r) Guillermo Garin, el brigadier general (r) Juan Lucar y el ex jefe del Estado Mayor del Ejército, general (r) Richard Quaas.

La esposa de Haase, María Isabel Blaña Lüttecke, recibió del Ministerio de Agricultura $ 5.595.466 en febrero y abril de este año, en virtud de un “Programa Sistema de Incentivos para la Recuperación de Suelos Degradados”, según consta en la información de transparencia activa de esa cartera.

sábado, 10 de marzo de 2012

Operacion Siglo XX El Atentado contra Pinochet

Operación Siglo XX

1986 era el año desicivo. El año en que el tirano debía caer. 
La cupula del PC y su aparato militar, el FPMR, venían desde 1984 planteando la tesis del ajusticiamiento de Pinochet, como la medida final de su política de "Sublevación Nacional de Masas". El año 1986 era el año clave, dado que, el desgaste institucional, la presión política nacional e internacional y la consolidacion militar del Frente, hacían posible pensar, que ese sería el año del todo o nada.

El objetivo de eliminar a Pinochet consistía básicamente en destruir el símbolo del andamiaje institucional de la dictadura, aumentar la movilización hasta cotas insostenibles para la misma y lograr acuerdos políticos con la Alianza Democratica.


El PC cuando se hace cargo de la desición de eliminar a Pinochet, en concordancia con Cuba, ordena al FPMR llevar a cabo la mision. Esta responsabilidad recayo sobre el "Comandante Ernesto", oficial formado en Bulgaria y posteriormente en Cuba, y combatiente internacionalista en Nicaragua.

La planificación del atentado se hizo íntegramente en Cuba. Debía ser un atentado explosivo, una emboscada y abrir el fuego con coheteria, granadas y bombas. Luego del estudio de rigor, se establecio que el lugar ideal era el camino al Cajón del Maipo, por lo estrecho del camino a ratos, la lejania que tenía de la ciudad y el consecuente alargue de los tiempos de respuesta de la CNI y la policia. Pinochet en esa epoca viajaba mucho a su casa de reposo en el Melocotón, por lo que establecer una rutina de tiempos y fuerzas, no era complicado. La cuesta Las Achupallas sería el lugar de la acción.

El dia 7 de Septiembre de 1986, a las 18:20hrs. el grupo de combate recibe la llamada que confirma que Pinochet esta en la ruta. Los combatientes rápidamente se despliegan en la zona y aguardan hasta el momento del primer contacto. Este se da a las 18:35hrs. en que pasaba la comitiva de Pinochet por la cuesta, en donde es interceptada por 1 de las 3 unidades de choque dispuestas para la acción.

Esta unidad tiene la misión de cortar el paso de la comitiva, les cierra el paso con un automovil con una casa rodante, que atraviesan en el camino, abren fuego sobre los motoristas de carabineros y el primer automovil de la escolta, luego le encajan un cohete y pasan al segundo auto de la comitiva, tambien lo vuelan. El poder de fuego de esta unidad consistio en: 5 fusiles M-16, una subametralladora P-25 y 2 cohetes LAW.

Ahora que la comitiva esta en el lugar exacto, dislocada y desorientada, las otras 2 unidades se concentran sobre los vehiculos restantes y puntualmente sobre los 2 autos Mercedes Benz. Al auto de Pinochet le lanzan 2 cohetes, uno que no estalla (el partido compró puras weás) y otro que reboto cuando impactó entre el parabrisas y la puerta del chofer. El poder de fuego de estas 2 unidades fue: 12 fusiles M-16, 1 fusil SIG, 6 cohetes LAW y 30 granadas de mano.

El tirano escapo con vida. La Operación Siglo XX habia sido un fracaso militar. No se cumplio ninguno de los objetivos trazados, y todo esto como consecuencia de errores weones. Se mezclaron combatientes fogueados con otros menos experimentados, a última hora se cambio el tipo de armas a emplear, originalmente se emplearían fusiles AK y RPG's y no, fierros norteamericanos. Ademas, y aqui es donde esta la lección más importante, una emboscada de este tipo, debería de haber creado un bolsón, una zona de aniquilamiento, en donde el blanco no tenga ningun tipo de movilidad, y por sobretodo, comenzar el fuego con explosivos y cohetes, los fusiles son para desorientar y contener, no para batir.

Bueno, sigamos con la historia... ese dia, minutos después del fallido atentado, por cadena nacional de televisión, salió un aviso bastante curioso, un pantallazo azul, que decia "A los socios del club los condores, se les cita a reunión urgente en su sede de Colina", un "discreto" mensaje que indicaba una movilización militar a gran escala, estaban acuartelando a las Fuerzas Especiales, Comandos y Cenetas. Luego de eso, el rumor recorrió Chile, que se pitiaron al culiao, que esta vivo, que nadie sabe que pasa, que le pusieron una bomba, etc... Hasta que en la noche, por instrucciones del Ministerio del Interior y la Dirección de Comunicaciones (nuestra version del "Ministerio de Información"), un equipo de 60 minutos se traslado hasta el lugar de los hechos y Pinocho hace su relato.



- Nunca pense que saldria con vida
, diria Pinochet... Chucha!!! imaginate lo que penso el resto del pais po' weón.

El toque de queda no se hizo esperar, y menos aún, las detenciones a opositores del regimen, como tampoco, la venganza de la CNI, 5X1 y la infame Operación Albania, donde mataron a 13 frentistas en un simulado enfrentamiento.



viernes, 9 de marzo de 2012

Cecilia Magni Alias "Comandante Tamara" FPMR

Cecilia Magni Camino nace en el seno de una familia de clase media alta que le permite en su infancia y adolescencia privilegios que no muchos niños de su edad podían detentar, como realizar su educación en exclusivos colegios de la capital, entre ellos el Grange School. 

Luego, estudiando Sociología en la Universidad de Chile a mediados de los 70’, madura en conciencia y comienza a distanciarse de las prerrogativas que le brindaba su extracción social y a identificarse con la lucha de los sectores populares en contra el régimen pinochetista. En esta etapa se integra a las JJCC con la convicción de que “La lucha es la única forma realista y valida de cambiar el rumbo del país”, mismo periodo que contrae matrimonio con Rafael Walker, de cuya relación nace su única hija, Camila Walker Magni.

Cecilia por aquel entonces con un mimeógrafo que tenía en casa y llevando aún en su vientre a Camila, pasaba las noches imprimiendo revistas, folletos o volantes, estudiando a Marx y Lenin, e informándose de los avatares de la lucha en el mundo y la contingencia nacional, proceso en el cual fue creciendo políticamente, haciéndose cada vez más fuerte, hasta alcanzar una gran disciplina y convicción.

Separada en 1982 de su primera pareja, aunque manteniendo una cercana relación, Cecilia ingresa al FPMR. El padre de su hija la apoyó en esta opción asumiendo la crianza de Camila cuando tenía tan solo dos años, lo mismo que su familia materna, aunque estos últimos nunca coincidieron con ella en lo ideológico y político (eran seguidores del régimen militar).

Su primer contacto con el naciente FPMR es a través de la colaboración en infra’, hasta participar en sus filas como una combatiente más. Un compañero la bautiza como “Tamara”, en recuerdo de la revolucionaria Tamara Bunke. Desde entonces su vida transcurre entre la legalidad y la clandestinidad. Con el correr del tiempo y pese a su juventud, “Tamara” logró un vertiginoso ascenso al interior de la estructura del Frente, destacando como la única mujer que llegó a ocupar un puesto en la Dirección Nacional por aquel entonces.

Tamara era capaz de enfrentarse a cualquiera. Tenía un carácter fuerte como jefe político-militar, pero a su vez era muy cariñosa con sus subalternos, se preocupaba de las inquietudes y problemas personales con mucha ternura. Más de una vez ayudó a resolver una necesidad familiar o aconsejó a algún compañero ante una dificultad propia de la vida clandestina, como sucede con el distanciamiento de los seres queridos; algo que ella sufría en carne propia, pues no podía estar siempre con su hija o verla a ratos, por los riesgos de seguridad que la lucha en ese contexto demandaba. En una única entrevista realizada a la Revista Hoy en 1987, decía: “Yo soy jefe y se me subordinan hombres. He estado a cargo de tropas, masculinas por supuesto. Nunca he tenido problemas. Te aseguro que mis subordinados difícilmente ven en mí a una mujer. Una vez me vieron con las armas encima. Me vieron con granadas, con revolver. Y ésa fue la única vez que me han dicho qué linda estás”.
Entre las acciones con las que se inició podemos enumerar el atentado que hizo explotar un puente ferroviario en Talca y el asalto a una caja de cambio en Providencia, lugar donde escapo a tiros y montada en una motocicleta. Como comandante se centró entre Santiago y Rancagua, ciudades donde “Tamara” se dedicó a reclutar nuevos militantes para la organización y a su vez, brindar apoyo logístico a los incipientes grupos de combate creados en esas zonas. 

Con esta experiencia a cuestas Tamara recibió a mediados de 1986, la responsabilidad de apoyar una de las acciones más riesgosas que hasta entonces emprendía el FPMR, el atentado contra Augusto Pinochet, la “Operación Siglo XX”. En esta misión actuó al lado de José Joaquín Valenzuela Levi, el “comandante Ernesto”, máximo jefe del atentado. Su rol fue proporcionar la base operativa y los vehículos que se ocuparían en la acción. Para ello, Cecilia cumplía con características excepcionales, era alta, atractiva, tenía “estirpe”, así consiguió el arriendo de la casa donde se acuartelaron los 21 fusileros y los tres vehículos que operaron, además de coordinar el traslado del armamento que se utilizaría en la emboscada. Sin embargo, la Dirección determinó a última hora que no participaría directamente como fusilera, pues ante la alta probabilidad de que los combatientes no salieran de allí con vida, su experiencia en las tareas logísticas posteriores sería indispensable.

Luego hasta 1988, estuvo preocupada de diferentes tareas de aseguramiento político y militar al interior del Frente, en los preparativos de la estrategia de Guerra Patriótica y Nacional. En octubre de ese año, “Tamara” encabezó junto a su pareja y principal comandante del FPMR, Raul Pellegrin Friedmann, la toma del poblado de Los Queñes en la VII Región del Maule. Posterior a esta operación, parte importante del grupo fue capturado por Carabineros que peinó la zona. El 28 de octubre de 1988 el cuerpo de Cecilia Magni fue encontrado flotando sin vida en las aguas del Río Tinguiririca, con inequívocas señales de tortura. Según los informes de autopsia su cadáver presentaba lesiones contusas y huellas de aplicación de electricidad.

El día de su muerte Cecilia Magni tenía 31 años, llevaba en su cuello un cordón de cuero con la insignia del FPMR y pasaba a la historia como una valiosa mujer combatiente que dio su vida por la causa revolucionaria en Chile, desde un rol conductor y en la primera línea de combate contra el sistema de injusticias sociales que tanto aborreció.



Un Homenaje a una mujer con fuertes convicciones que era tener un país mas justo, como lo soñó ella un día nosotros lo soñamos ahora fuerza en la lucha por un Chile justo y honesto ¡




jueves, 8 de marzo de 2012

¿Sera Verdad lo que Aparece en la Imagen?

Sin prejuzgar a Nadie y si fuera de verdad sería muy feo lo ocurrido aquí ya que la gracia de Twitter es debatir las ideas con altura de mira y NO con insultos de grueso calibre. lo dejo presente para que ustedes opinen y saquen sus propias conclusiones del asunto.


pic.twitter.com/nn28t2Bi

miércoles, 7 de marzo de 2012

Piñera: Falta Poco Para que el Norte de Chile se levante Contra tus Mentiras ¡

A la falta de manejo que a demostrado este Gobierno en los asuntos de solucionar los problemas imperantes en nuestro país véase el Movimiento Estudiantil y el reciente conflicto en Aysen se sumaría en poco tiempo el descontento en el Norte de Chile por las promesas Incumplidas de Sebastian Piñera, Calama y Antofagasta serían solo el punto de inicio de la revuelta social nortina.



Alcalde de Calama responde a promesas incumplidas de Piñera para Calama

Paralelo a la situación de Aysén, en el norte del país comienza a gestarse un ambiente similar. Todo esto a raíz de un compromiso de campaña de Sebastián , que aún no ha sido cumplido, según autoridades de la región.

El alcalde y la Asamblea Ciudadana de Calama, piden al Presidente cumplir la promesa realizada durante su campaña electoral, la que prometía recursos para la zona, mediante un fondo de desarrollo permanente. 
“Exigimos recursos permanentes del cobre, para salir de este, prácticamente, subdesarrollo y abandono que tiene una comuna como Calama”, señaló el alcade. Las demandas se relacionan directamente con lo sucedido en Aysén, ya que aseguran que el problema base es la postergación que viven los habitantes de la zona. 

Las promesas incumplidas de Piñera con la Región de Antofagasta


Reacciones de molestia con el gobierno, genera en la Región de Antofagasta, un video que circula mediante las redes sociales, donde aparece Sebastián Piñera como candidato, anunciando menos centralismo y la creación de un Fondo de Desarrollo para el Norte (FONDENOR)que prmitiera que mayores recursos del cobre permanezcan en las zonas productoras, como compensación de los efectos sociales y medioambientales que genera la extracción de recursos naturales.
Se trata de la misma exigencia que en la actualidad mantiene movilizada a la ciudad de Calama, mientras que en la ciudad de Antofagasta se plantea la conformación de una Asamblea Ciudadana que comience a movilizarse respecto a este tema, precisamente ante la no concreción de esta promesa de campaña.
Yo voy a ser el presidente de las regiones. Voy a terminar con este absurdo de concentrarlo todo en Santiago y dejar a las regiones como patio trasero. Dentro de ese proyecto para fortalecer a las regiones está el Fondo de Desarrollo para el Norte”, prometía en ese entonces Piñera.
En la actualidad, la Región de Antofagasta es la principal fuente de divisas para el país y fuente de enriquecimiento para inversores extranjeros. Sin embargo, adolece grandes falencias en salud, educación e infraestructura, producto de que la mayor parte de las utilidades son llevadas por empresas extranjeras, mientras que el resto es enviado a Santiago, desde donde solo una pequeña parte retorna a la región con mayor costo de vida en el país.

Las otras promesas sin cumplir


Estos compromisos del mandatario,
 fueron realizados públicamente el 6 de Enero del 2010, en medio de un masivo acto realizado en La Perla del Norte, a pocos días de la segunda vuelta presidencial.La construcción de dos nuevos Hospitales en la Región, la plantación de 770.000 árboles, creación de 30 mil empleos, uningreso ético familiar, modernización del puerto, desarrollo de la pesca y proyectos para mejorar el Agua Potable, son algunas de las otras promesas de campaña del Presidente con la región.
En la historia quedó escrito que 49.536 antofagastinos le creyeron y votaron por él. 54.381 votaron por Eduardo Frei y más de 190 mil habitantes de la ciudad en edad de votar, prefirieron no hacerlo o no inscribirse en los registros electorales, ya que según proyecciones oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas, Antofagasta contaba a la fecha con una población de 423.419 personas, 290 mil de ellas  mayores de 18 años.


Chile no es solo Santiago y como consejo Cumpla su palabra ya le queda poco tiempo (gracias a Dios) por que depués d este Gobierno la Derecha ¡Nunca Mas!
Para reflexionar: ¿Que pasaría con este Gobierno si un Paro como el de Aysen fuera en Santiago?



martes, 6 de marzo de 2012

"Piñera Mitómano" Recordando la Mentira del presupuesto Educación 2012

En el Mensaje del Presidente Piñera sobre el Presupuesto de la Nación para 2012 que envió al Congreso, en el punto 4, “Un presupuesto para la educación “ afirma: “La sociedad chilena ha sido testigo de los nuevos desafíos que presenta la educación en nuestro país. Son miles los jóvenes que sueñan con una educación de calidad, que les abra las puertas al desarrollo y les permita contribuir y ser protagonistas del futuro de Chile. Por eso, parte importante de las medidas incluidas para 2012 están destinadas a garantizar que ningún joven con las capacidades y el entusiasmo por estudiar se quede sin posibilidades de hacerlo.

El presupuesto 2012 destina a iniciativas vinculadas a educación preescolar, escolar y superior un total de $ 5.499.308 millones, que implica un crecimiento de 7,2% respecto de 2011, una de las mayores tasas de crecimiento de todo el Gobierno Central . Este esfuerzo es extraordinariamente relevante y plantea las bases para mejoras sustantivas en todos los niveles”

Cada aspecto de las afirmaciones del Presidente Piñera en el Mensaje sobre el Presupuesto no corresponden a la realidad de nuestro país en la actualidad. Por ahora nos queremos concentrar en la ultima afirmación del Presidente Piñera en relación al Presupuesto en educación: “Este esfuerzo es extraordinariamente relevante y plantea las bases para mejoras sustantivas en todos los niveles”

La información oficial de la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda desmiente categóricamente las afirmaciones del Presidente.

En efecto, el presupuesto para 2012 tiene el menor porcentaje de crecimiento en relación al año anterior. En 2012, el crecimiento del presupuesto del Ministerio de educación es de solo 7,7%. En 2011 fue de 13,8%, en 2010 fue de 15,5%; en 2009 fue de 15,4%: el de 2008 fue de 24,5% y el de 2007 fue de 14,0%.
Presupuestos del Ministerio de educación 2006-2012
(Millones de pesos)

% Crecimiento Anual

2006                       2,516,653
2007                       2,868,436                    14,0
2008                       3,571,447                    24,5
2009                       4,120,943                    15,4
2010                       4,758,914                    15,5
2011                       5,413,723                    13,8
2012                       5,829,131                      7,7
Fuente: Dirección de Presupuestos, Ministerio de Hacienda


Aun mas, en su Mensaje al país, en relación al presupuesto de educación, afirmo, “que es el mas grande en la historia de Chile”. Es algo similar a decir que el próximo año cada uno de nosotros, -si seguimos con vida- tendremos un año mas. No se puede entender que el Presidente Piñera haga afirmaciones tan falsas y engañosas, ya que el crecimiento promedio del presupuesto de educación de cada uno de los cinco años anteriores, desde 2007 a 2011 fue de 16,6%.

Es decir, el crecimiento promedio anual de los cinco años anteriores a 2012, es mas del doble, o 117% superior al crecimiento del presupuesto para 2012. En el Diccionario se define como “mitomanía el trastorno psicológico consistente en mentir de forma patológica continuamente ...”.

Solo queremos agregar dos antecedente adicionales.

1.- En el Mensaje del Presidente Piñera al Congreso, como hemos citado mas arriba, el afirma que el presupuesto para educación es $5.499.308 millones.
Sin embargo, en el Presupuesto enviado se entrega la cifra superior de $5.829.131 millones. A todas luces el Presupuesto y la documentación fueron preparados sin el rigor mínimo exigible.
La Editorial de El Mercurio del, -1 de octubre-, en Temas Económicos cita la cifra menor, la del Mensaje del Presidente al Congreso. ( Osea el Mercurio Sigue Mintiendo como siempre lo ha hecho)
Si estas cifras las hubiésemos utilizado en nuestro cuadro, el crecimiento del presupuesto de 2012 en relación a 2011, en vez de 7,7%, seria solo de 1,6%. Y si se descontara la inflación, el crecimiento real del presupuesto en educación para 2012 sería NEGATIVO.

2.- La documentación entregada a los medios informa que: “ Luego de largas conversaciones entre los máximos representantes de las diferentes carteras del Estado, esta tarde el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, ingresó el proyecto de Presupuesto para el año 2012” .
El presupuesto de educación 2012 no solo tiene un crecimiento porcentual anual bastante menor que en los años anteriores, sino que es el de menor crecimiento en términos absolutos desde 2008.
Incremento Anual del Presupuesto de educación
(Millones de pesos)
2007            351.783
2008            703.010
2009            549.416
2010            637.971
2011            654.809
2012            415.408 

 Fuente: Construido a partir del cuadro anterior

Nunca es malo Recordar cuanto nos a mentido este Gobierno lo cual lo único bien que ha hecho es Solo engañar y encubrir la realidad de todos los asuntos competentes e importantes a nivel país.